Una
fábula para el Paso Tres
Cuenta
una fábula china, que cierta vez un campesino observó a una liebre que corría
atolondrada por el campo y en veloz carrera fue a estrellarse contra un árbol.
La pobre se desnucó y cayó muerta. Así, el campesino, obtuvo el alimento
suficiente para aquel día.
Al día
siguiente, el campesino abandonó su azadón y se sentó a esperar que apareciera
otra liebre, pero no llegaron más y el campesino se convirtió en el hazmerreír
de toda la región.
A muchos
alcohólicos les sucede igual. Llegados al Paso Tres, ponen todo en manos de
Dios, no hacen nada y se sientan a esperar que las cosas les lleguen como por
arte de magia. Y como nada ocurre, creen que esa es la voluntad de Dios para
con ellos, y se echan a llorar, a lamentarse por su mala suerte, por lo trágico
de su sino, y se resienten porque Dios no los escucha ni los quiere.
No son
pocos los que consideran que es
. Pero esa es la posición cómoda, facilista,
perezosa si se quiere. Somos nosotros los que tenemos que hacer para que las
cosas sucedan. ¡Tenemos que trabajar para que los milagros ocurran! Acción y más acción es lo que necesitamos. No
es tanto "poner" como "hacer" lo que nos corresponde para
que se pueda cumplir la voluntad de Dios.
"Adecuar
nuestra voluntad a la voluntad del Dios" es lo que nos pide el programa. Y
para poder adecuar nuestra voluntad a la voluntad del Dios, tenemos que
conocerla primero, leerla, estudiarla. De allí la necesidad de leer el mensaje
de AA. Estudiar y familiarizarnos con el Libro Grande. Es que no se puede
practicar un programa de cambio, el cual no se conoce.
No nos
sentemos a esperar, entonces, como el tonto campesino que creyó que las liebres
se conseguían cuando ellas se chocaban contra los árboles. Nada nos va a caer del cielo. Tenemos que
trabajar, tenemos que crecer cada día. De lo contrario nos estancaremos y
estancarnos es detenernos; detenernos es echar hacia atrás y echar hacia atrás
es perecer, según advierte nuestro propio programa.
Entregar
voluntad, es cambiar mi deseo personal y egoísta de hacer lo que yo quiero por
lo que Dios quiere que yo haga que no es otra cosa que trabajar los Doce Pasos
de AA. Colocar mi vida, es colocar mi quehacer, mi acción, mi trabajo con el
mismo Programa, con las posibilidades de equivocarme, pero con la
responsabilidad de corregirme, buscando siempre no la perfección sino el
mejoramiento constante.
óskareme
No hay comentarios:
Publicar un comentario