jueves, 26 de febrero de 2015

Una fábula para el Paso Tres

Cuenta una fábula china, que cierta vez un campesino observó a una liebre que corría atolondrada por el campo y en veloz carrera fue a estrellarse contra un árbol. La pobre se desnucó y cayó muerta. Así, el campesino, obtuvo el alimento suficiente para aquel día.

Al día siguiente, el campesino abandonó su azadón y se sentó a esperar que apareciera otra liebre, pero no llegaron más y el campesino se convirtió en el hazmerreír de toda la región.

A muchos alcohólicos les sucede igual. Llegados al Paso Tres, ponen todo en manos de Dios, no hacen nada y se sientan a esperar que las cosas les lleguen como por arte de magia. Y como nada ocurre, creen que esa es la voluntad de Dios para con ellos, y se echan a llorar, a lamentarse por su mala suerte, por lo trágico de su sino, y se resienten porque Dios no los escucha ni los quiere.

No son pocos los que consideran que es  . Pero esa es la posición cómoda, facilista, perezosa si se quiere. Somos nosotros los que tenemos que hacer para que las cosas sucedan. ¡Tenemos que trabajar para que los milagros ocurran!  Acción y más acción es lo que necesitamos. No es tanto "poner" como "hacer" lo que nos corresponde para que se pueda cumplir la voluntad de Dios.

"Adecuar nuestra voluntad a la voluntad del Dios" es lo que nos pide el programa. Y para poder adecuar nuestra voluntad a la voluntad del Dios, tenemos que conocerla primero, leerla, estudiarla. De allí la necesidad de leer el mensaje de AA. Estudiar y familiarizarnos con el Libro Grande. Es que no se puede practicar un programa de cambio, el cual no se conoce.

No nos sentemos a esperar, entonces, como el tonto campesino que creyó que las liebres se conseguían cuando ellas se chocaban contra los árboles.  Nada nos va a caer del cielo. Tenemos que trabajar, tenemos que crecer cada día. De lo contrario nos estancaremos y estancarnos es detenernos; detenernos es echar hacia atrás y echar hacia atrás es perecer, según advierte nuestro propio programa.

Entregar voluntad, es cambiar mi deseo personal y egoísta de hacer lo que yo quiero por lo que Dios quiere que yo haga que no es otra cosa que trabajar los Doce Pasos de AA. Colocar mi vida, es colocar mi quehacer, mi acción, mi trabajo con el mismo Programa, con las posibilidades de equivocarme, pero con la responsabilidad de corregirme, buscando siempre no la perfección sino el mejoramiento constante.

óskareme


No hay comentarios:

Publicar un comentario